
La Reina de Corazones amenazó con decapitarme. Me sometió
a un juicio en el que no hay culpable, más allá de mi
propio descuido por abandonar el rumbo que nunca debí dejar.
En un país que no es tan maravilloso como el de Alicia
y que lleva sobre su puerta un cartel que dice: "VUELVO ENSEGUIDA",
tuve la opción de ovillarme entre las sábanas tibias de la depresión y colgar los brazos en el desgano absoluto.
Pero decidí seguir participando en la carrera, Porque la vida esta llena de conejos blancos.
Es solo cuestión de afinar la puntería y de escuchar esa voz interior que dice:
"Dale, nena, corré, que se hace tarde."
¿Qué conejo blanco perseguís vos?
{TODO lo que quieran, menos plagio}



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